Litio, Tibet, Bolivia y ecologia de escaparate
Los sudcoreanos de LG, los japoneses Mitsubishi y Sumitomo y la francesa Bolloré compiten por la consecución de un contrato con el gobierno de Bolivia para la explotación de los yacimientos de litio ubicados en el desierto de sal de Uyuni, a 3.000 metros de altitud, que suponen el 50% de las reservas mundiales.
Los franceses han ofrecido invertir 1.200 millones de dólares en un proyecto que supondría crear todas las infraestructuras necesarias para la explotación de este gigantesco yacimiento en el sudoeste de Bolivia, además de los 1.000 millones (un miliardo) ya invertidos en la producción de baterías para coches eléctricos.
Los actuales productores, Chile y Argentina, no podrán asumir la fabricación de los 3 millones de vehículos que prevee el Boston Consulting Group para los próximos diez años, considerando que se precisan 40 kg de litio para una batería destinada a un coche pequeño. Sin contar con las baterías para teléfonos y ordenadores portátiles, también nutridas con litio.
El precio del litio se ha doblado en los últimos tres años, "en un mercado bastante opaco, que se disputan un puñado de actores", según el presidente de Marsmetal, dedicada al negocio de los metales. Y las perspectivas son su aumento mientras Eduardo Mendoza, ministro de minas del gobierno de Evo Morales, responde a Bolloré con prudencia: "Vamos a analizar la propuesta".
Lo cierto es que hoy por hoy no existe alternativa técnica al litio y sólo se halla en dos lugares más del planeta: el Tíbet y el agua de mar, técnicamente inasequible.
Tal vez con este dato sea más fácil comprender el gran interés de EEUU por acceder al litio tibetano, aún a costa de, como en Afganistán o Israel, colocar un gobierno títere de fanáticos señores feudales que tratan a sus pueblos como ganado de matadero, llamando a la teocracia democracia y al oscurantismo supersticioso "religión".
Y, además, haciendo alarde de electroecologismo capitalista en salsa de soja transgénica, con añadido de ese Omega3 que, según todos los científicos serios que no trabajan para Pascual y Danone, no sirve absolutamente para nada. ¡Todo por la pasta!
El peligro serio está en que los métodos hasta la fecha han sido: "O vendes y te llevas tajada o te quitamos de en medio y ponemos uno más dócil".
Para el Tibet tienen ya dios, rey y lo que se tercie con el "océano del espíritu de la madre" (Dalai Lama) de la secta animista bon (el Buda Gautama era ateo y negó la posible existencia de un dios demiurgo), que tiene la ética bajo la sandalia.
Pero es provincia China, la segunda potencia naval y aérea del mundo que se anuncia según los expertos como la primera para ya.
Mas Evo está ahí con la parte más rica del país, la mestiza española heredera de aquellos encomenderos coloniales, deseando repartirse el pastel dejando de lado al pueblo, como hasta Evo les fue tan fácil y barato, de cualquier manera y con aliados tan inmorales como Álvaro Uribe, el de Harvard, a su vera.
Y ese Chile oligárquico, con cartel de socialista a lo Perón, sólo de boca, con su industria ya experimentada en la transformación de la salmuera mineral en carbono de litio industrial, justo ahí al ladito...
¡Uf!
Los franceses han ofrecido invertir 1.200 millones de dólares en un proyecto que supondría crear todas las infraestructuras necesarias para la explotación de este gigantesco yacimiento en el sudoeste de Bolivia, además de los 1.000 millones (un miliardo) ya invertidos en la producción de baterías para coches eléctricos.
Los actuales productores, Chile y Argentina, no podrán asumir la fabricación de los 3 millones de vehículos que prevee el Boston Consulting Group para los próximos diez años, considerando que se precisan 40 kg de litio para una batería destinada a un coche pequeño. Sin contar con las baterías para teléfonos y ordenadores portátiles, también nutridas con litio.
El precio del litio se ha doblado en los últimos tres años, "en un mercado bastante opaco, que se disputan un puñado de actores", según el presidente de Marsmetal, dedicada al negocio de los metales. Y las perspectivas son su aumento mientras Eduardo Mendoza, ministro de minas del gobierno de Evo Morales, responde a Bolloré con prudencia: "Vamos a analizar la propuesta".
Lo cierto es que hoy por hoy no existe alternativa técnica al litio y sólo se halla en dos lugares más del planeta: el Tíbet y el agua de mar, técnicamente inasequible.
Tal vez con este dato sea más fácil comprender el gran interés de EEUU por acceder al litio tibetano, aún a costa de, como en Afganistán o Israel, colocar un gobierno títere de fanáticos señores feudales que tratan a sus pueblos como ganado de matadero, llamando a la teocracia democracia y al oscurantismo supersticioso "religión".
Y, además, haciendo alarde de electroecologismo capitalista en salsa de soja transgénica, con añadido de ese Omega3 que, según todos los científicos serios que no trabajan para Pascual y Danone, no sirve absolutamente para nada. ¡Todo por la pasta!
El peligro serio está en que los métodos hasta la fecha han sido: "O vendes y te llevas tajada o te quitamos de en medio y ponemos uno más dócil".
Para el Tibet tienen ya dios, rey y lo que se tercie con el "océano del espíritu de la madre" (Dalai Lama) de la secta animista bon (el Buda Gautama era ateo y negó la posible existencia de un dios demiurgo), que tiene la ética bajo la sandalia.
Pero es provincia China, la segunda potencia naval y aérea del mundo que se anuncia según los expertos como la primera para ya.
Mas Evo está ahí con la parte más rica del país, la mestiza española heredera de aquellos encomenderos coloniales, deseando repartirse el pastel dejando de lado al pueblo, como hasta Evo les fue tan fácil y barato, de cualquier manera y con aliados tan inmorales como Álvaro Uribe, el de Harvard, a su vera.
Y ese Chile oligárquico, con cartel de socialista a lo Perón, sólo de boca, con su industria ya experimentada en la transformación de la salmuera mineral en carbono de litio industrial, justo ahí al ladito...
¡Uf!
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