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S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: febrer, 2009

Carnaval: las Lupercalias: el no tiempo

Imatge
En el antiguo calendario romano, fundado por Rómulo, habían diez meses lunares, a los que Numa añadió Ianuarius y Fabruarius para acercarlo al año solar. El mes se dividía en quincenas: los idus correspondían a la luna llena y caían en los días quince de marzo, mayo, julio y octubre, y en día trece los restantes meses. En el mundo antiguo –neolítico- los meses se iniciaban en esa fecha, coincidente con equinoccios y solsticios. Las kalendas correspondían a la luna nueva y eran siempre el primer día del mes, cuando el Rex Sacrorum (Guía de los sagrados), máximo sacerdote romano, celebraba ritos lustrales o purificatorios. El mes de febrero, añadido con enero (ianuarius) al inicio antiguo, en el equinoccio de marzo, debía su nombre a los februa: “Los antepasados romanos daban el nombre de februa a los objetos que se utilizan en los rituales expiatorios. Los pontífices piden al Rex (Sacrorum, la más alta categoría sacerdotal romana) y al Flamen (Dialis, sacerdote de Júpiter) las “la

Sobre “el tiempo de las cosas admirables” (y 2)

La fecha del Libro de Set para la llegada del Mesías, Mahdí o Saoshyant, avatar de Meizras-Vishnú que vencería a Aingra Mainyu-Áriman-Satán al fin de la Edad Oscura es: “En el año seis mil, en el día sexto de la semana y a la hora sexta”. El número secreto de la llegada del jinete triunfante del Apocalipsis se consideraba el 666, clave para comprender el libro de Set: 6.000+666= 6.666, año del advenimiento, o adviento, del Saoshyant-Mesías. El año 961 de la muerte, fatídica para sus proyectos y los de Hasday, de Abderrahmán III el Grande, emir omeya de los creyentes, correspondía al 6469 “desde el principio del mundo” en el cómputo bizantino, kázaro, kievano y judío , por lo que la fecha milenariamente esperada -el 6666 ó 1158 dne.- estaba, como mucho, a 200 años, fuera para el fin de los tiempos o para su regeneración. No obstante, San Jerónimo calcula que el año 5.199 es el del nacimiento de Cristo, lo que llevaría al 1467 la llegada del mesías. La caída, en 1453, de Constantinopla e