Yo -aún- voto

Vienen elecciones y los carteros, pobretes, se consuelan. Tras los salarios que quedaron de "aupar pal euro" (sólo aupamos aquí los que ya sabemos, los demás jalean) y del acuerdo PPPSOE para hacerse ricos a costa de los que tienen nómina, el trabajo extra que supone tirar de carro y joderse la columna se hace liviano. Yo que vivo en una colina sé lo que es ver vecinos tirar de carro o de carrito sin aliento para ni el buenos días, bon día, mas salama o maas salam, que los rumanos hablan catalán.
Desde estas alturas se comparte visión con garzas, palomas, tórtolas, mallarengas carboneras, gorriones y, cada tarde, murciélagos, que son como de la familia pues están ahí desde que llegamos y van pariendo una pareja al año regularmente. También hablán catalán, entre otras cosas.

Detrás de casa hay una zona muerta (una dimensión oculta e inalcanzable). Me explico:
Hizo el Muñoz bendesumadre, señor de santa Coloma, un parque con un solar detrás cuyas llaves sólo tiene el gigante egoista del cuento de Wilde. Nadie puede acceder sino es saltando una valla como la de Melilla, para quedarse encerrado donde ni los gatos sobreviven. Pues allí, en esos Monegros, criaron unos conejos sus gazapos hasta ser familia numerosa, por lo que seguramente eran del opus que son los únicos que se lo pueden permitir, con lo que les da Cáritas.

Al poco la nutrida tribu dejó de pasar desapercibida y fue motivo de disputas entre el variopinto vecindario de la placita, que tiene unos 12 metros cuadrados, a escala de aquí que ésto no es Barna, sino Bombay, sobre si eran más buenos al curry o con patatas, como dice Sam, amigo de Frodo Bolsón, aunque los cace -conejos o ratones- el gollum piquez. Ahora no hay conejos. El señor oscuro se ha apoderado de la plaza y la torre del rellotge ha devenido un espacio siniestro donde Buenaventura Sauron y Mas Saruman se dedican a barrer para dentro y llenar la ciudad de mierda, como en Badalona la alianza PPPSOE del anillo: dos caras de la misma moneda monárquica y franquista: la democracia orgánica.

El Buenaventura no echa cartas ni las reparte, sólo las hace enviar -y por lo visto no le da la vergüenza que a Dorian Grey verse la cara y en que han convertido aquello de Pablo Iglesias.

Yo votaré, para joderles y para, en lo posible, evitar que me jodan. Y como tengo claro que soy de la clase social de los nominados, con salario, proletario, obrero y sin más capital que mi fuerza de trabajo, votaré a los míos, a los del sindicato, a los que luchaban y luchan conmigo, aunque muchos ya no puedan, por ellos y por mí y por todos, porque aún puedo votar a los míos, a los comunistas, que están -aquí- en el PCC -y en otros repartiditos y tercos como hay que ser- pero en las únicas siglas que pueden poner de manifiesto, una vez más, que la ley electoral española es como su democracia: un fraude. Y votaré EUIA, es decir, IC, como si le llaman al revés.
Y cuando no pueda votarles -como les pasa a otros comunistas con los suyos- lo primero de todo dejaré de votar.

Y los debates electorales, para sus madres, que los papás no les conocen.

Moi prefiero el CaSI.

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