Soli Deo Invicto: Mithras, amig@ y émul@ arcano

Taurobolia mitráica en una cueva o spelunca. 
Arriba el carro del sol y el de la luna, Appollon y Árthemis
Verás a un joven dios, de forma amable, con bucles rojos, portando una túnica blanca y un manto escarlata, y con una corona resplandeciente”.
Y también: “Soy un hombre... nacido de seno mortal... que he sido engendrado hoy por ti, entre tantas miríadas hecho inmortal en esta hora por el beneplácito de dios en su enorme bondad”, Liturgia de Mitra (H. Dieterich, 10).
Los que contaron la historia desde su posición de vencedores lo hicieron también desde sus limitados conocimientos y sus creencias teocéntricas. Pero ni los pitagóricos, ni los estoicos o los epicúreos creían en dios alguno, antes bien, como reconocían los mismos expertos romanos (Ovidio), éstos dioses eran los atávicos antepasados divinizados en la memoria colectiva. Ello es común a todos los pueblos de raíces indoeuropeas, en los que los arquetipos debían servir como modelos para quienes en la vida terrenal deseaban la reunión con los parientes ya fallecidos.
Así, Mitra, ya desde época védica, representó al mediador por excelencia, señor védico de los contratos (sans.: mithrô: contrato) y amigo (sans.: mitram: amigo) por antonomasia de tod@s, como discípulo del brahmán -el brahmachari- o como gopa, vaquero sagrado (ver James Frazer, La Rama Dorada).
Otro factor que llama la atención es el carácter siempre ambiguo de su eterna juventud, en que se confunden fácilmente rasgos masculinos y femeninos muy premeditadamente. Cuando el mito alcanza la Hélade, Mitras, el sol de Persia y la India, se denomina Apollon, hermano gemelo de Árthemis, la romana Diana cazadora. Las letras en griego de Árthemis y Meithras son las mismas, y suman, obviamente ambas, 365 (Ver post anteriores).

Ouroboros (Ouros o viento del sur cálido más Boreas o viento del Norte frío) o Zarván Akarana, el demiurgo creador de los gemelos antagónicos y complementarios y el cosmos y fuerzas primigenias a su alrededor, en representación mitraica como un eón -aión- o universo independiente de otros universos concéntricos y aislados, según la interpretación simbólica de Marción, Basílides y otros gnósticos alejandrinos.
 
Afirma Montfaucon, en su tomo II y siguiendo a Plutarco, que los piratas frigios, deshechos por Pompeyo y reclutados para Roma, hacia el 60 ane., “aportaron el culto de Mitras de Persia".
Mitras nació de una piedra, lo que indica el fuego que sale del pedernal cuando se la frota o golpea con un hierro acerado, como un arma forjada o un meteorito férrico.
Dicen también que Mitras era ladrón de bueyes, como Hermes y Caco: Vertebat boves alienos semper in antris: (“Sin cesar conducía los bueyes ajenos a las grutas”) “Vous lui faites aussi l’honneur de le peindre comme un voleur”, dice Montfaucon.
El astuto Plutarco, sin desvelar más que lo imprescindible para apenas ser comprendido por los iniciados, narra la leyenda de que Mitra quiso tener un hijo y, por aversión a las mujeres, se acostó con una piedra y parió a Diorphus, juego de palabras con Orfeo.  Di-orphus era el Orfeo infernal en el culto a la triple diosa, hijo de la musa Calíope, psicopompos como Hermes, Mercurio, Thoth y Tagimasadas, y esposo de Eurídice, la “Buena raíz”.
Merkurios significa: “El que participa del poder supremo”. Tagimasadas: "El que está más en medio".
Las letras de Thoth, el Hermes egipcio y gnóstico, suman en jonio 88, los días de la órbita de Mercurio (9+70+9).
Moneda de Mithradates VI Eupator, rey del Ponto y el Bósforo (ca. 120-63 ane.)
Se le invocaba en los relieves como Deo soli invicto Mithrae: “Al dios sol invicto Mitra”. Y Constantino el Grande le invocaba: Soli invicto comiti: “Al sol, compañero invencible”.
Se le representaba en “imágenes con cabeza de león y cuerpo humano (Zarván Akarana), teniendo cuatro alas, dos hacia el cielo y dos hacia la tierra. Las piedras Abraxas muestran a Mitra bajo la forma de un león o un hombre con cabeza de león.
También es un joven con gorro frigio y en una caverna, donde hunde un puñal en el cuello del toro. Se usa el pan y el vino en los sacrificios de los que son iniciados y se pronuncian algunas palabras. Tertuliano, que rechazado cambió varias veces de fraternidad, revela que el demonio (demon: "dios extranjero", el dios Mitra pertenecía al imperio enemigo medopersa) bautizaba a los fieles, prometiéndoles la expiación de sus crímenes por esta ablución, iniciándoles así en Meithras, marcándoles en la frente y haciendo la oblación del pan”.
Por lo que el bautismo, la eucaristía y la confirmación eran rituales mitráicos mucho antes de cualquier Jesús ni Cristo, como el nacimiento del Niño Sol en el solsticio invernal, los tres días más cortos del año, que ya ellos celebraban el 25 de diciembre desde tiempos remotos, conmemorando que de una chispa de piedra celeste, cuando las tinieblas del invierno se cernían sobre los hombres, nacía el niño fuego, un hijo de la luz creado a semejanza del sol invicto. Mientras que la iglesia católica se empeñó hasta el s. IV en celebrarla en la actual Epifanía, 5 de enero, como aún hace la iglesia ortodoxa.
Mithraeum de Aubeterre, comunidad mitráica en la Charente francesa.
Algunos autores han supuesto, basándose en prejuicios personales y en la gloria del mitraísmo entre los soldados romanos, que las mujeres se hallaban excluídas de la iniciación y tal vez fuera así entre ciertos grupos de la Roma imperial, lejos de la ortodoxia y conocimiento profundo del simbolismo concebido en Asia Central, donde, como demuestra la realidad antropológica, las tribus de ascendencia escito-sármata, turca y mongola mantienen unos márgenes de libertad y consideración social para sus féminas muy superiores a los que padecen las hijas de musulmanes, taoistas, sintoistas, hindúes, budistas, mazdeístas, maniqueos, sikhs o cristianos. Ello causó antiguamente gran sorpresa entre los viajeros, como Ibn Batutta, Ibn Fadlan, Al-Ishtakri, Pian Carpino o Marco Polo, que conoció un imperio chino en manos turco-mongolas.
Los historiadores del imperio parecen desconocer u olvidan que fue en tiempos de auge del mitraísmo en el ejército romano cuando la vieja norma de que la esposa del legionario no podía acompañarle se modificó con la tolerancia de la focaria (de focus, fuego) o cocinera.
Recordemos que se halla asimismo documentada entre escitas y sármatas (Heródoto, Amiano Marcelino...) la tradición de que sus mujeres “debían matar un enemigo antes de poder casarse, algunas que no lo han conseguido siguen sin casarse pese a su avanzada edad”, y éstas serán las a-pais (sin hijos), siervas de Apia-Ops, que cuidarán de los huérfanos del clan o la tribu, llamadas, cariñosamente, abuelas. Es difícil imaginar a una Hipodamia o a sus nietas sometidas a nadie, tras haber presentado al Kam la cabellera y el cráneo de un enemigo muerto.
Por su parte P. Montfaucon, en su Dictionnaire des antiquitées grecques et romaines, dice:
“Se pasaba a través de pruebas sucesivamente por siete grados, el de cuervos (korax, korakes) el de los íntimos (krujioi, krifioi: ocultos, clandestinos), los soldados (milites), el de los leones y las leonas, pues las mujeres eran admitidas también a las ceremonias, el de los Persas, corredores del sol o heliodromoi, y en fin el de padres (patres)”. (Sans.: Pati: Protector).
Mithraeum en Roma, uno de tantos, dos pisos debajo de una iglesia
Ya en el siglo I dne., las liturgias mitraicas se celebraban en mithraea subterráneos, antros o cuevas, donde nacía Mitra como petra generix, de la chispa del pedernal, explicando la interpretación astronómica de sus símbolos, todos reflejo del mapa celeste, siempre en reducidos círculos y muy secretos.
Es probable que, a la manera de las células de grupos clandestinos, los antiguos hermanos de Mitra no se conocieran entre sí más que en su ámbito concreto, los siete iniciados de su mithraeum local, mientras que sólo el Magister Pater sabía quienes eran los demás Patres de su comunidad.
En esa época se veneraba a Mithra en Escocia, Carrawaugh, Inglaterra (en el Walbroock, cerca de Mansión House, Londres), la Galia, Alemania, España: mithraeum en Barcelona y Badalona (Monte Aguilar o Montigalá), Mérida, León, Astorga; Italia por supuesto, donde sólo en Ostia se han descubierto una decena; y en Dura-Europos, Siria, o en el palacio de Kanishka, rey de los kusanas de Baktria (Afganistán, Uzbekistán oriental y Tadjikistán); en el Ponto Euxino -Mar Negro- y el Bósforo tracio, Panonia, Iliria, el Irán sasánida y la India de Pushamitra,  (p.aq. Puça: Hijo; sáns. Pushya, papi: Sol), vencedor de los Mauryas del budista Asoka e instaurador de la dinastia de los Singa, los Leones, ca.197 ane.
En Astorga (León), de entre el s.II al III, se ha hallado “una piedra gnóstica que reproduce la fachada de un templo con representaciones que parecen ser el Sol y la Luna. Lleva la inscripción Eis Zeus Serapis Iaw: “Zeus, Serapis y Yavé son uno”. En Egipto se han hallado inscripciones semejantes en una región en la que se sabe que estuvieron soldados asturianos”. William Culican, El confín del mundo, AE, Madrid, pág. 278
Júpiter, guardián del 5º grado, de  Perses o Persas, respondía al código Iaw, en gematría, 10+1+0'800: 11'8, la duración en años de la órbita solar de Júpiter.
El Pater o hierofante del más alto grado mitraico se identificaba con el planeta Saturno-Kronos-Zarván, Padre Tiempo. En griego su nombre-número secreto era theois: divino, y en gematría: 9+5+70+10+200: 294, la órbita de Saturno es de 29’46 años.
Carles Acózar i Gómez.


http://www.ancient-origins.net/news-general/ancient-tradition-iranians-celebrate-winter-solstice-001146
Templo en Turquía de la diosa madre Frigia, Deméter-Cibeles o Mah Kubaba de Capadocia. Observen el entramado de cruces ortodoxas, símbolo órfico de los cuatro elementos primordiales: Fuego, Tierra, Aire y Agua.

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