Tanto sé, tanto soy
Cuanto más vivo más veces me descubro sintiendo lo ya conocido desde una sensación y comprensión nuevas. Como humano sé y recuerdo que nací con un programa elemental grabado, idéntico para, en general, todos los mamíferos: comer y cagar. En los años siguientes me enseñaron, por todos los medios al alcance de los enseñantes -familiares o foráneos- a discernir entre bueno, lo que me gustaba, malo, lo que no me gustaba, y lo que había que no mataba aunque fuera difícil de tragar. Me contaron que vivía en un lugar esférico hecho por un señor barbudo que hace mucho se aburría y se puso a hacer lo que se ve. Y, como nada tenía en el programa sobre el tema, lo grabé. Si alguien apretaba esa tecla, salía la respuesta programada, no había más. Y seguí tragando, hasta San Agustín, que tras razonar cabal, socrática y lógicamente que cuanto existe ha de tener un origen anterior, por generación, alcanza que hubo, pues, una causa primera. Bien, pensé yo, a ver cómo explicas la causa primera, yo con