El fin del fascismo y la ETSE

En los artículos anteriores, sobre El Manifiesto Comunista a sus 160 años, Negrín y Mayo del 68, apuntamos una síntesis histórico-económica de este período, concluyendo con un análisis de las causas y consecuencias de la crisis que entonces era futuro y hoy es ya presente.

Crisis, como todas las del capitalismo, convenientemente preparada para esquilmar incautos y despojarles de un capital que irá a nutrir, a precio de saldo, las arcas inagotables de los mismos que organizaron, desde sus bancos, la "crisis". (Los lelos y los peperos factores de la especulación inmobiliaria, de poca memoria, ya no recuerdan las acciones de Terra, y los beneficios y regalos de Aznar a sus amigos y compañeros de pupitre, por no ir más lejos).

Y ahora los ladrones -la CEOE entre otros cárteles- pretenden quedar, una vez más, impunes ante el atraco a sociedades y estados que su actuación fraudulenta ha supuesto, supone y supondrá: ¡Fondos de inversión y planes de pensiones invertidos, por bancos como el Pastor, Sabadell, Caja Madrid, BBV, Banesto, Bancaja, Bankinter, Popular... en hipotecas subprime americanas!). Será especialmente duro para los creyentes en gurús de Harvard, Yale, TV3 y Deusto, y en bancarios y banqueros con traje, corbata y muy poca vergüenza, como doña Esperanza Aguirre ¡que invirtió 200 millones del pueblo madrileño en Lehmans Brothers!. Dios no perdona a los creyentes no pensantes: ¡pobrecitos bobos!

El capo de la CEOE pide, como no, congelación salarial, despido libre a la americana y "un paréntesis en el liberalismo" para que el estado se torne comunista el tiempo justo de firmar, como Juan March a Franco, un cheque en blanco a los fascistas, el último asalto a mano armada al estado después de haberle despojado de todas sus joyas, incluído el oro, a precios de colegas y de rastrillo. Como si ese liberalismo no hubiera sido, precisamente, la causa de la ruina, el fraude y el robo masivo en España, USA y UK.

Premios Nobeles de economía y profesores universitarios, que no cobran del botín del amo, dicen ya que la economía liberal está muerta, y algunos lo comparan con "la caída del muro" y su efecto posterior, lo que tiene bemoles considerando que la URRS se limitó a aplicar la constitución, votar libremente la autodeterminación y aplicarla sin un muerto (como aquí). Después vino la CIA, el borracho bailón y las mafias. Ahora el capo no baila country, ha vuelto a poner firmes la tropa y el dólar se sostiene gracias al soporte de China, Rusia y Japón que, no se sabe si por los terremotos, vive temblando, con tipos de interés al 0'15%.

Forzada por sus socios europeos, que se ven venir una huelga general a lo 68x25 por haber apoyado a ingleses y yanquis en su neocolonialismo salvaje e invertido fondos públicos y privados en un garito de ladrones, la USA deberá apoquinar pasta para todos los masacrados, incluyendo los bancos europeos y las bolsas (o deberíamos decir bolsillos) que lo celebran con subidas de media jornada que sirven para cazar más incautos.

En Europa, gracias al desmantelamiento del estado llevado a cabo por los neofascistas en los últimos años, los gobiernos no tienen apenas capacidad de maniobra. No se puede devaluar la moneda ni bajar un tipo de interés que fijan los funcionarios de las oligarquías desde el Banco Central Europeo.

Por ello han de ser profundos los cambios (crisis etimológicamente), no sólo en cuanto a un nuevo modelo económico y al control efectivo y tasado de los flujos de capitales, sino de las propias instituciones europeas actuales, creadas por los mismos incompetentes y mafiosos que nos han conducido hasta aquí: desde Rato a Trichet, pasando por Almunia, Borrell y Solana. Desde la desaparición de la OTAN, o internacional fascista, hasta el BMI, BCE y el FMI -las Herriko Tabernas del terrorismo capitalista- o la ONU, con la imprescindible ampliación del consejo de seguridad, entre otras cosas, y la elección de un Ban-qui-porti-Kofi que no sea miembro, al menos, de la secta del fascista coreano Moon.

España saqueada

Tras la congelación salarial a los pobres de morritos González, alias Gal, y el expolio subsiguiente de Aznar, aparte la desaparición en el limbo de los gandules del Tribunal Constitucional que aún ha de redactar sentencia sobre aquel robo "para entrar en el euro" -no tienen tiempo, ilegalizando partidos que se enfrentan al fascismo de papá-, vinieron los 6.000.000.000 de pesetas negras que pasaron impunemente a ser inversión inmobiliaria, mientras los fascistas del PPPSOEPNVCiU miraban contentos sus bolsillos repletos de lo robado. Y Borrell, el hacendero, ¡colocó a sus amigos de la mafia en Hacienda!, para evitar que alguien honrado les pusiera a todos en chirona.

Ahora, el Zapatero del rey, no recuerda las rebajas de impuestos a los ricos, el fraude fiscal de 90.000 millones de euros en el 2005, Gestcartera, Telefónica y el bandolero Villalonga, Iberdrola y el chorizo Pizarro, la supresión del impuesto de sociedades para que las 3300 fortunas mayores de España, de la que sólo cotizan 700, a sabiendas del gobierno de sus amigotes, sigan medrando exponencialmente a costa de lo robado a los súbditos reales y al fisco público.
Y, mientras los empresarios declaran ingresos de 6.000 euros a Hacienda, los salarios, al margen de beneficios y dinero negro, se hunden y deprecian por la competencia de esclavos desesperados que se dejan explotar y asesinar en el tajo por el salario del hambre y el miedo. Y la Audiencia de togados franquistas condena a las víctimas en vez de a los asesinos, ladrones y fascistas, empezando por los que pueblan la indecente e incompetente judicatura española, dando ejemplo claro de corrupción y corporativismo nauseabundos, a los que ya nos tienen acostumbrados.

Para los que, por haber ido a Harvard o Deusto, no han leído a Marx, Lenin o Ernesto Guevera de la Serna, hacemos una propuesta adaptable al actual modelo legal europeo e hispano, plausible, pragmática y ya existente, bajo diversas variantes, en otros lugares del globo: la Economía de Transición al Socialismo de Estado.

La ETSE o Economía de Transición al Socialismo de Estado

Ante la triste realidad de estados débiles y limitados en su ámbito regulador de la redistribución de la riqueza, objetivo primordial del estado democrático, por la actuación reiterada de un modelo económico capitalista cuya interpretación -desde Adams- se ha restringido a la capitalización de la clase capitalista y la descapitalización de las demás clases y del propio modelo estatal, cabe plantear una vía democrática de capitalización social y de retorno a los principios fundamentales de la propia esencia democrática, hoy desvirtuados.

Pues socialismo y comunismo equivalen al reparto equitativo, por el estado, de la riqueza generada entre todos los que la generan, de hecho, a la capitalización armónica de los elementos creadores de la prosperidad y riqueza, lo que sería la propia esencia del capitalismo según se entendió desde la ilustración revolucionaria del XVIII. El famoso Contrato Social, tan traicionado hasta la fecha.

El fascismo y sus voceros hablan hoy de una China de capitalismo salvaje, cerrando los ojos al hecho de que, desde la base, el modelo socialista chino (o el cubano), ofrecen una auténtica igualdad de oportunidades para la educación que en el modelo capitalista es evidentemente imposible, inexistente y utópica. No se trata de impedir la creación de riqueza, sino fomentarla e incrementarla con los mejores medios, y garantizar el reparto equitativo entre los empresarios y los trabajadores, según su cualificación profesional y su dedicación y, por tanto, su participación en la productividad y los beneficios resultantes.

La capitalización de la clase trabajadora es es único medio de facilitar su progresivo aumento de nivel de vida y, a la larga, la desaparición de las diferencias de clase determinadas por la herencia familiar en un estado que se defina constitucionalmente democrático. Pero, hasta la fecha, sólo el Estado Socialista facilita con medios públicos la igualdad de oportunidades, desde la educación y cualificación científica, democrática y gratuita, hasta el acceso al capital financiero, bajo el control parlamentario de las instituciones públicas y democráticas. En el estado plutocrático occidental el capital sólo avala la financiación y el crédito al propio capital.

Cuando Fidel entró en Cuba encontró más de 80.000 categorías salariales, como fruto del caos económico y las diferencias de clase fomentadas desde todos los medios, sin ningún control racional ni sindical que velara por el conjunto de los trabajadores. El Ché, Ernesto Guevara de la Serna, teorizó sobre una base de diez tipos salariales, limitados en su rendimiento y remuneración según su cualificación profesional, a fin de fomentar este déficit de la sociedad revolucionaria cubana que los primeros años del bloqueo llevaron a peor.

En nuestras oligarquías el beneficio empresarial, desmedido y sin control, no guarda relación con los aumentos salariales, pese a que ambos son resultado de un trabajo de equipo y conjunto, de unos mismos resultados.
Un beneficio que tampoco se obliga a reservar capital para los inevitables cambios a que las tecnologías en desarrollo obligan, en plazos cada vez más cortos.
Cambios camuflados bajo crisis, perfectamente previstas por sus agentes, útiles para -con el unánime apoyo mediático necesario- hacer pagar a los trabajadores, quienes durante los beneficios se mantuvieron en los mismos niveles de precariedad, las deficiencias e injusticias evidentes de un modelo que, bajo el camuflaje publicitario correspondiente, asoma las orejas del fascismo imperialista de siempre.

Por ello el objetivo de la ETSE es dotar al estado y la sociedad de una alternativa democrática, respetuosa con la propiedad privada legítimamente adquirida, que reequilibre la actual tendencia a la privatización, monopolización y oligarquía de los capitales en cada vez menos individuos más poderosos, capaces de demoler economías estatales y poner en jaque sociedades enteras en un simple juego de monopoly totalmente injusto e incontrolado por quienes debieran velar por ello y que, fruto de la corrupción inherente al sistema, se limitan a beneficiarse de él.


Estudiamos, en una primera fase, dos modelos para el desarrollo y aplicación práctica de la ETSE, las empresas de nueva creación y las ya existentes.

En ambos casos, el estado propondrá, líbremente, la fusión de las contabilidades -de la empresa y de Hacienda- aportando mensualmente, a través de medios electrónicos, toda la facturación, contabilidad, nóminas y balances correspondientes, por lo que las empresas ahorrarían una parte considerable de sus actuales gastos y el estado controlaría más efectivamente la limpieza de la gestión.

El gobierno facilitará créditos para la creación, ampliación o renovación de empresas a intereses individualmente estipulados con cada una, en base a los criterios de formación de éstas. Por ejemplo:

Individuo X pretende abrir comercio o industria en barrio Y.
Servicios municipales le asesoran e informan de las posibilidades del negocio, en base a un estudio de mercado gratuito, por técnicos del funcionariado. Vista su viabilidad se ofrece un crédito al 2% de, pongamos, 100.000€, cuando en el mercado están al 8%.
El Estado se reserva un 6% del capital de la empresa, que ésta podrá recuperar pagando la diferencia y sus intereses, cuando le venga bien y si lo desea.
La empresa avanza pero precisa un aumento de capital. Las mismas condiciones. La empresa crece y el estado con ella.

La financiación estatal podría vehicularse a través de deuda pública o bonos del tesoro, especialmente destinados a ella. Asimismo, el conjunto de pymes englobadas en la ETSE podrían cotizar, a través de una empresa con mayoría de control público como la actual Correos, en bolsa, aportando nuevos recursos garantizados por la transparencia de medios y objetivos.

Ante la planificación y licitación de obras estatales o municipales, se dará preferencia en las adjudicaciones a las empresas reguladas según el modelo de la ETSE de contabilidad concertada, ya mencionada, y de reversión proporcional de los beneficios, que ahora se expone.

La Reversión Proporcional de Beneficios (Reprobe)

¿Y los trabajadores?
Pongamos la misma empresa con tres trabajadores. Cada uno recibe un salario según calificación profesional y convenio durante el primer ejercicio. Si se generan beneficios -al margen de la amortización de las inversiones- el reparto de éstos, al segundo año de antigüedad en la empresa, se realizará según un cuadruple prorrateo:

- Un 30% de reserva para amortización y renovación de infraestructuras y/o maquinaria.

- Un 30% para aumentos de salarios, repartido en dos bloques (aquí el cascabel del gato) a negociar anualmente entre empresa y trabajadores-sindicatos: aumento directo salarial y/o participación en acciones de la empresa.

- Un 30% para el capital.

- Un 10% para el estado, hasta la amortización de los créditos y el retorno de las acciones a la empresa. Si la empresa desea renunciar a la recuperación de las acciones, o aplazarla, este 10% será deducido del impuesto de sociedades y otras tasas hasta compensar la cantidad ingresada por la Hacienda Pública.


La participación del Estado y los trabajadores en el capital empresarial permitirá su participación en los consejos de administración y, por tanto, el control efectivo de la planificación y gestión en tiempo real.
Asimismo, la interdependencia facilitará la planificación estatal y los cambios de modelos tecnológicos o las nuevas directrices de interés general de los mercados, como las carreras universitarias o la formación profesional, en colaboración con las propias empresas, así como su reparto geográfico, distribución y ubicación, optimizando sus posibilidades de desarrollo y evitando la concentración en áreas privilegiadas y muchas veces desmesuradas, como ahora sucede.


Acciones y salarios o impuestos y beneficios: el reparto del capital

Para las empresas ya existentes la inclusión en la ETSE podría realizarse a través de créditos preferentes a cambio de una participación correspondiente en acciones y a la posibilidad de pagar con ellas la totalidad o una parte de los impuestos anualmente.

Cabe, asimismo, una nueva ordenación de los tramos en el impuesto de la renta, incrementando los tipos máximos y reduciendo los mínimos, de forma que una mayoría de la población vea aumentada su capacidad adquisitiva de manera inmediata, paralelamente a los salarios europeos, que mantienen distancias enormes con los españoles mientras que los precios hace tiempo que -en lo fundamental- ya son los mismos.

Es imprescindible la aplicación de una tasa que grave los movimientos especulativos de capital -incluyendo las fraudulentas cesiones de acciones por comisión, stock options y ventas a la baja- y premie las inversiones estables, tanto a nivel internacional como estatal.
Asimismo la existencia de paraísos fiscales en la propia CE, como Austria y su secreto bancario, Luxemburgo y sus innumerables privilegios, Mónaco, Andorra, Vaticano, Lichtenstein, San Marino o incluso Israel y Gran Bretaña, es un atentado directo a la democracia económica de los países que padecen la sangría de capitales. De hecho es la comprobación rotunda de la inexistencia de la propia democracia en las oligarquías parlamentarias occidentales.


Como apéndice me parece interesante recomendaros la visión de Cuba de un grupo de sindicalistas españoles, que se encuentra en el López Bulla Blog, del viejo colega al sol.

Comentaris

Anònim ha dit…
Somos muchos los que pensamos que esto puede cambiar y reflexiones como las tuyas nos hacen darnos cuenta de que es posible. Ahora más que nunca las clases trabajadoras hemos de ser conscientes de nuestra capacidad de actuación para acabar con este sistema o como mínimo crear otro alternativo más justo.

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